Por cierto, se me olvidó contar la semana pasada, que ya la primera noche que pasamos en Japón tuvimos nuestro primer terremoto. Como estábamos con el cambio horario, tampoco dormimos mucho esa noche, pero justo en un ratito que lo habíamos conseguido, nos despertó un mini movimiento sísmico. La verdad es que en nuestro cansancio tampoco le prestamos mucha atención: nos preguntamos el uno al otro a ver si eso había sido lo que parecía, llegamos a la conclusión de que sí, y seguimos durmiendo, como si aquello no fuera con nosotros.
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...
Relacionado