El otro día cenamos Fugu.
El Fugu es un tipo de pez que es muy apreciado en Japón. Es posible que os suene ya que es famoso por tratarse de un pez venenoso y para cuya preparación se requiere una licencia especial.
Resulta que el Fugu contiene un veneno llamado tetrodotoxina, en cantidades suficientes para matar a unas quince personas. La toxina se encuentra principalmente en el hígado y en los órganos sexuales, y cuando el pez se ve amenazado, se hincha como un globo (por lo que también se le llama pez globo) y libera la toxina por la piel.
Como he dicho, para preparar el Fugu se necesita una licencia especial y años de estudio. Además, está prohibido comer el hígado y los órganos sexuales. Sin embargo, hay personas a las que les gusta comer su Fugu con pequeñas cantidades de toxina, ya que esto produce efectos en la boca, aun corriendo el riesgo de morir por no calcular bien dichas cantidades.
La tetrodotoxina hace que se te vayan paralizando los músculos del cuerpo, sin embargo el corazón sigue latiendo y eres consciente de lo que te pasa. Finalmente ya no puedes respirar y mueres por asfixia.
Bueno, después de esta mini explicación, os cuento cómo fue la cena.
Primero nos sirvieron una ensalada de verduras, algas y Fugu cocido, unas porciones de una gelatina (con algo dentro, pero no me conseguí enterar de qué era) y Fugu en sashimi (o sea, crudo). Todo en raciones individuales, cada uno con sus platitos.


El sashimi se prepara en filetes pequeños y muy finos. Nos explicaron que en sitios más elegantes se suele colocar en platos decorados, y las lonchas son tan finas que se ven los dibujos a través de ellas.
Una vez terminamos de comer esto, nos trajeron a cada uno unas piezas de Fugu rebozado.
Después las camareras empezaron a preparar el nabe. En el centro de cada mesa hay un hornillo con una cazuela que contiene agua y alga konbu. Ponen el agua a calentar, y cuando está lista, sacan el alga y van echando ingredientes poco a poco y te los van sirviendo. Primero echaron setas shiitake y trozos de Fugu. Mientras nos comíamos esto, siguieron preparando más trozos de pescado (esta vez los labios, nos dijeron, y así era porque a parte de ser gelatinosos a nosotros nos tocó un diente ¡!), y después verduras (col, puerro, champiñones, perejil) y tofu. Poco a poco te van sirviendo estas cosas, y las puedes comer acompañadas de salsa de soja.
Éste es el plato del que iban cogiendo los ingredientes para el nabe.

Nosotros pensábamos que se ya había terminado la comida, pero no. En el agua en la que se había cocinado todo y que ya tenía el sabor de las verduras y el pescado, echaron un poco de sal, arroz cocido y, después de hervir éste un ratito, huevo batido. Así quedó como una especie de sopa de arroz espesa, que también nos sirvieron en cuencos (una y otra vez hasta que se terminó todo el contenido de la cazuela…).
Durante la comida, el que quería podía pedir una bebida especial que consiste en sake caliente al que se hecha un trozo de aleta de Fugu que está como tostado.
Para terminar sirvieron té.
Lo pasamos bien en la cena, a pesar de que no entendíamos casi nada de lo que se hablaba (una pena, porque los compañeros se lo estaban pasando fenomenal) y comimos todo lo que nos sirvieron.
Por el camino a casa sacamos estas fotos en otro restaurante de Fugu. Igual no se aprecia bien, pero la verdad es que el Fugu es un poco feo, el pobre.

