2007 en Japón… Y vuelta

2007年東京に住んでいました・・・今もうスペインに戻りました。 We lived in Tokyo in 2007… Now we are back in Spain.

Archivos mensuales: marzo 2007

Hanami 花見 III: La caída de la hoja

El mismo jueves ya pudimos ver el comienzo de la caída de la hoja. Comprobamos así lo poco que dura la flor del cerezo, en tres o cuatro días puedes ver el árbol florecer y los pétalos caer. Ya podéis imaginar que hay que estar al tanto de cuándo van floreciendo los cerezos para ir a verlos, porque como lo dejes para otro día, ¡igual ya no los ves!

Aunque igual puede parecer triste ver las flores caer tan pronto, aquí se disfruta tanto de ver los árboles en flor como de ver la caída de la hoja. La flor del sakura es delicada y con el viento enseguida cae. Así, se puede disfrutar de su belleza y al caer en su plenitud, no da tiempo a verla marchitar.

Esto guarda relación con parte del código samurai. De hecho, el emblema de los guerreros samurai era la flor del cerezo. La aspiración de un samurai era morir en su momento de máximo esplendor, en la batalla, y no envejecer y «marchitarse», como tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol.

Sakura

Anuncio publicitario

Hanami 花見 II

Al atardecer fuimos a Kudanshita, al parque Kitanomaru, y allí seguimos viendo los cerezos y la cantidad de gente que hacía lo mismo, claro.

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Al salir del parque nos dimos un buen paseo rodeando todo el recinto del Palacio Imperial, y por el camino vimos zonas en las que los cerezos estaban iluminados.

El jueves por la noche cayó un buen chaparrón, y pensamos que igual muchos árboles habrían perdido la mayoría de sus flores. Pero seguían estando bonitos. Nosotros fuimos al Museo Nacional de Tokyo, y como está en el mismo parque Ueno, pudimos comprobarlo.

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Hanami 花見 I

Esta semana se celebra en esta zona de Japón el Hanami, ya que han florecido los cerezos.

Hanami significa «mirar las flores» (el primer kanji significa flor, y el segundo mirar). Éstas son fechas muy importantes aquí, y se puede ver a la gente llenando los parques y zonas donde hay cerezos para contemplar las flores. Durante las semanas previas, se van haciendo predicciones sobre la fecha en que florecerán los árboles. Este año se ha debido adelantar algo, al haber sido un invierno menos frío que otros.

En su origen este festival estaba reservado a la aristocracia, pero durante el período Edo, el shogun Tokugawa Yoshimune hizo plantar multitud de cerezos en diversas zonas para extenderlo a todo el pueblo y que todos pudieran disfrutar de las flores de los mismos.

En los días en que florecen los cerezos, es costumbre acudir a los parques a comer o a cenar, en plan «pic-nic», con la familia o los compañeros de trabajo. En este último caso, se puede ver durante el día a hombres trajeado sentados ellos solos bajo los cerezos, reservando el sitio para cuando lleguen el resto de los trabajadores de la empresa.

Nosotros estuvimos viendo los cerezos en diferentes zonas.

El miércoles ya vimos algunos árboles en flor, aunque todavía les faltaba bastante. Hacía bastante calor, así que ya se podía sospechar que en uno o dos días aquello estaría a tope de flores.

Éstas son fotos de un parque que hay junto al Civic Center de nuestro distrito.

Sakura

Sakura

El jueves fuimos a ver los cerezos al parque Ueno, zona muy famosa en estas fechas porque tiene muchísimos de estos árboles. Por el camino también pudimos ver los sakura de la zona de la universidad. Esta foto es de una de las calles que rodea el campus.

Sakura

Ésta es de un pequeño templo cercano a la uni.

Sakura

Como veis, hay diferentes especies de Sakura. Algunos tienen las flores más blancas y otros más rosadas.

Antes de llegar al parque Ueno, pasamos por el Lago Shinobazu.

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Y por fin llegamos al parque Ueno.

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Sakura

Fugu

El otro día cenamos Fugu.

El Fugu es un tipo de pez que es muy apreciado en Japón. Es posible que os suene ya que es famoso por tratarse de un pez venenoso y para cuya preparación se requiere una licencia especial.

Resulta que el Fugu contiene un veneno llamado tetrodotoxina, en cantidades suficientes para matar a unas quince personas. La toxina se encuentra principalmente en el hígado y en los órganos sexuales, y cuando el pez se ve amenazado, se hincha como un globo (por lo que también se le llama pez globo) y libera la toxina por la piel.

Como he dicho, para preparar el Fugu se necesita una licencia especial y años de estudio. Además, está prohibido comer el hígado y los órganos sexuales. Sin embargo, hay personas a las que les gusta comer su Fugu con pequeñas cantidades de toxina, ya que esto produce efectos en la boca, aun corriendo el riesgo de morir por no calcular bien dichas cantidades.

La tetrodotoxina hace que se te vayan paralizando los músculos del cuerpo, sin embargo el corazón sigue latiendo y eres consciente de lo que te pasa. Finalmente ya no puedes respirar y mueres por asfixia.

Bueno, después de esta mini explicación, os cuento cómo fue la cena.

Primero nos sirvieron una ensalada de verduras, algas y Fugu cocido, unas porciones de una gelatina (con algo dentro, pero no me conseguí enterar de qué era) y Fugu en sashimi (o sea, crudo). Todo en raciones individuales, cada uno con sus platitos.

Cena Fugu

Cena Fugu

El sashimi se prepara en filetes pequeños y muy finos. Nos explicaron que en sitios más elegantes se suele colocar en platos decorados, y las lonchas son tan finas que se ven los dibujos a través de ellas.

Una vez terminamos de comer esto, nos trajeron a cada uno unas piezas de Fugu rebozado.

Después las camareras empezaron a preparar el nabe. En el centro de cada mesa hay un hornillo con una cazuela que contiene agua y alga konbu. Ponen el agua a calentar, y cuando está lista, sacan el alga y van echando ingredientes poco a poco y te los van sirviendo. Primero echaron setas shiitake y trozos de Fugu. Mientras nos comíamos esto, siguieron preparando más trozos de pescado (esta vez los labios, nos dijeron, y así era porque a parte de ser gelatinosos a nosotros nos tocó un diente ¡!), y después verduras (col, puerro, champiñones, perejil) y tofu. Poco a poco te van sirviendo estas cosas, y las puedes comer acompañadas de salsa de soja.

Éste es el plato del que iban cogiendo los ingredientes para el nabe.

Cena Fugu

Nosotros pensábamos que se ya había terminado la comida, pero no. En el agua en la que se había cocinado todo y que ya tenía el sabor de las verduras y el pescado, echaron un poco de sal, arroz cocido y, después de hervir éste un ratito, huevo batido. Así quedó como una especie de sopa de arroz espesa, que también nos sirvieron en cuencos (una y otra vez hasta que se terminó todo el contenido de la cazuela…).

Durante la comida, el que quería podía pedir una bebida especial que consiste en sake caliente al que se hecha un trozo de aleta de Fugu que está como tostado.

Para terminar sirvieron té.

Lo pasamos bien en la cena, a pesar de que no entendíamos casi nada de lo que se hablaba (una pena, porque los compañeros se lo estaban pasando fenomenal) y comimos todo lo que nos sirvieron.

Por el camino a casa sacamos estas fotos en otro restaurante de Fugu. Igual no se aprecia bien, pero la verdad es que el Fugu es un poco feo, el pobre.

Cena Fugu

Cena Fugu

Nos habéis pillado…

Vale, está bien, nos habéis pillado.

Tenéis razón, en realidad estamos en Rente. Todo esto de Japón es una farsa que nos hemos montado para fardar. De hecho, por el día estamos encerrados en casa, y solo salimos por la noche. La foto del barco con bandera japonesa la hicimos en Pasajes al ver que estaban descargando hierros de un barco, y ahí comenzó nuestro plan pseudo-nipón. Cogimos una sábana, le pintamos un círculo rojo y la colgamos del barco.

Ahora sabemos por qué Pedro conoce nuestro secreto. La otra noche, estábamos de poteo con nuestro amigo Pikachu (Pika para los colegas; un tipo majo, aunque a veces se pone un poco eléctrico) y sacamos unas fotos, para seguir con nuestro paripé de que estamos en Japón. Al ver las fotos, descubrimos que Pedro estaba allí, siguiendo nuestros pasos.

No nos queda más remedio que admitirlo: no estamos en Japón.

Pedro nos pilló

Ryoko en Tokyo

El otro día tuvimos un agradable encuentro. Estuvimos tomando un café con Ryoko, nuestra profesora de japonés en España, en una cafetería cerca de casa.

La semana pasada me envió un e-mail diciendo que estaba en Japón y que podríamos quedar un ratito. Fue una gran sorpresa, y nos hizo mucha ilusión poder verla y charlar con ella.

Ryoko en Tokyo

Baile del Dragón Dorado

El domingo se celebraba en el templo Sensoji, Asakusa, la conmemoración de la aparición de una imagen del bodhisattva Kannon, encontrada por dos pescadores en el río Sumida. Según la leyenda, aunque los pescadores dejaron la estatua donde la encontraron, ésta volvía una y otra vez. Así, se construyó el templo para la diosa Kannon, en el año 628. La celebración de este evento se hace cada 18 de Marzo, y se llama Jigen-e.

Durante el día se puede ver en el recinto del templo el baile del Dragón Dorado, Kinryu-no Mai. El dragón, de 18 metros de largo, recorre la calle Nakamise, que va desde la entrada al recinto hasta el mismo templo, seguido de un carro en el que va un grupo de mujeres tocando música.

Sensoji Dragón Dorado

Sensoji Dragón Dorado

Sensoji Dragón Dorado

Sensoji Dragón Dorado

Sensoji Dragón Dorado

Sensoji Dragón Dorado

Sensoji Dragón Dorado

Sensoji Dragón Dorado

Ya tengo mi visado

El viernes ya me dieron mi pasaporte con mi nuevo visado.

No sé si recordaréis que cuando vinimos yo entré con visado de turista, válido para 90 días. La verdad es que hemos tenido mucha suerte, ya que desde la universidad han hecho los trámites necesarios para cambiar el tipo de visado a «dependiente», por el cual yo me puedo quedar el mismo tiempo que Antonio en Japón (o sea, 3 años, aunque en realidad sólo estaremos hasta diciembre).

Primero fuimos, nada más llegar a Tokyo, a la oficina de la que dispone la universidad para solicitar los trámites. El primer paso consistía en pedir el «Certificate of Elegibility». Aportamos toda la documentación necesaria, y 2.100 yenes por los trámites. A las 3 ó 4 semanas recibí el certificado en casa.

Con este papel, volvimos a la oficina de la universidad, y se lo llevaron junto con mi pasaporte, dándome un resguardo por si alguien me pedía algún tipo de identificación. Pagamos otros 8.000 yenes, más o menos, y nos dijeron que en otras 3 ó 4 semanas estaría el pasaporte de vuelta (tengo que decir que no sé si en España me hubiera atrevido a dejarle así de alegremente mi pasaporte a cualquiera…).

La semana pasada nos llamaron para decir que ya estaba (justo 3 semanas ha tardado). Fuimos a por él y enseguida fui con el nuevo visado al Civic Center, para solicitar mi «Alien Registration Card», que es como una especie de carné de identidad para los extranjeros.

Me dijeron que estaría en unos 15 días, así que enseguida ya tendré todos los papeles en regla.

Como he dicho, es una suerte que se haya solucionado lo del visado y que no haya tenido que hacer el viaje relámpago a la embajada en Madrid, como me dijeron que tendría que hacer.

Kanda Myojin

En Ochanomizu, junto al templo Yushima Seido, se encuentra el templo sintoísta Kanda Myoin.

Es un templo con mucho colorido y muy llamativo. En el mes de mayo se celebra aquí el festival Kanda Matsuri, uno de los mayores festivales de Tokyo. Durante la época de Edo, era uno de los pocos festivales que se permitía celebrar dentro del castillo de Edo.

Kanda Myojin

Kanda Myojin

Kanda Myojin

Kanda Myojin

Kanda Myojin

Kanda Myojin

En esta última foto se puede una vez más cómo conviven lo antiguo y lo nuevo en Tokyo: dentro del recinto del templo una máquina expendedora de bebidas (con razón se dice que están por todas partes), casualmente junto a unos barriles tradicionales de sake.

Kanda Myojin

Estatuas Jizō

Jizō, o más comúnmente Ojizō-sama, es como se llama en Japón al Bodhisattva Ksitigarbha.

Es una de las divinidades más populares en Japón. Se cree que Jizō es el encargado de proteger las almas de los bebés que no han nacido y de los niños que han muerto siendo muy pequeños, a los que se llama «mizuko», o niños de agua. Así, Jizō es el protector de las mujeres embarazadas y de los niños, y también de los bomberos y de los viajeros.

En el Budismo, se cree que después de morir hay que cruzar el Río Sanzu para llegar a la vida después de la muerte. Según la leyenda, las almas de los niños que mueren prematuramente no pueden cruzar este río, ya que no han acumulado suficientes buenas acciones y además han causado sufrimiento a sus padres. Por esto, son condenados a rezar a la compasión de Buddha y apilar piedras una encima de otra en las orillas del río.

Para salvar a los niños de esto está Jizō, que los rescata escondiéndolos en sus mangas.

En los alrededores de los cementerios es común ver estatuas Jizō, casi siempre vestidas con gorritos y baberos rojos. Ya que las personas que rezan a Jizō piden la protección de niños, visten a las estatuas con estos atuendos típicos de bebés, algunas veces también como ofrenda por haberse curado un niño de una enfermedad. Además, se pueden ver junto a las estatuas pequeños juguetitos, así como montoncitos de piedras. Con estas piedras se espera contribuir a acortar la penitencia del alma a la orilla del río.

Zojoji-Jizo

Zojoji-Jizo

Zojoji-Jizo

Zojoji-Jizo